No puede ser más símil la situación actual. La lectura rápida no es más que un ejemplo del poco tiempo que dedicamos a cosas que pudiesen llevar más esfuerzo, es una técnica para “salir del apuro”.
Escuchar que no tenemos tiempo de leer, de detenerse a analizar, de observar, es muy común, lo que no observamos, es que éstos espacios en los que deberíamos prestar atención a detalles que nos “quitan el tiempo”, son los que nos hacen más críticos y metódicos respecto a nuestras capacidades; ¿cómo hemos de conocer un clásico literario con toda su riqueza si lo leemos únicamente de manera explorativa?
El objetivo es hacer más en menos tiempo, y por tanto ser más aptos que otros para desempeñar actividades laborales, porque, de este modo, nos posicionamos por arriba de nuestra competencia, si yo tengo más capacidad que un individuo que quiere el mismo empleo que yo, sin duda he de obtenerlo; pero no basta con tener un cúmulo de competencias laborales para estar más capacitado que otros, debo también, tener la habilidad para ejecutar todo lo que puedo hacer con velocidad; las empresas, también buscan hacer más en menos tiempo, y además, empleados que puedan hacer más, bajo la misma remuneración.
Entonces… para poder aspirar a un trabajo de índole empresarial, ¿debo ser crítico analítico? ¿o bastará con que me limite al saber hacer? Yo pienso que no, es la misma capacidad de razonar más allá de lo que nos quieren dar, lo que nos hace obtener y asimilar conocimiento de forma más veloz que los demás; que ipso facto, nos posiciona por arriba del promedio.
En cuanto a las nuevas tecnologías, su manejo exige discrepancia a mi discurso, porque, con éstas, es necesario que el conocimiento se transmitido para poder explotarlo; hablo de expertos que tengan la capacidad de aprovechar al máximo las herramientas de un programa, y al mismo tiempo, que tengan la paciencia de trabajar con aspirantes al área laboral para que los utilicen en mayor medida. ¿Porqué no ser yo quien tenga ésta capacidad? Pensando de manera de egoísta que, si yo tengo la habilidad, ¿sería del todo prudente transmitir mi conocimiento a otros, sólo para que puedan posicionarse con una nueva competencia laboral? La respuesta, es evidente, el conocimiento no es tal, si n ose difunde, y ¿para que crear algo que nadie es capaz de utilizar? Si yo tengo algo que puede ser productivo para otros, he de difundirlo, de otro modo, yo, como individuo, no sería reconocida, y, en palabras más teóricas, no sería hablada.
Lo que lleva a reconsiderar el tema de dar crédito al trabajo de otros, que bajo éste principio se basa el precepto de difundir conocimiento, “sin duda lo compartiré, mientras sea mi nombre el que aparezca bajo mis ideas”. Creo firmemente en este aspecto, y es parte de mi filosofía de vida; sin hablar únicamente sin hablar de conocimiento científico, sino artístico, tecnológico… y sin número de variedades que es capaz de crear la mente humana.
Una vez más, redirecciono mi intención, ahora hacia nuestra capacidad creativa, y es que hay que mencionar que, si limitamos esta cualidad, o si pensamos que algo es muy atrevido o es impensable, nos quedaríamos atascados y habría avance tecnológico tal; debe ser todo lo contrario, debemos explorar nuestras posibilidades, e incluso, pensar fuera de lo conocido, incentivar la capacidad creativa humana, es lo que ha permitido mayor avance tecnológico, en parte para satisfacer necesidades humanas, y otra parte para facilitar la vida.
Escuchar que no tenemos tiempo de leer, de detenerse a analizar, de observar, es muy común, lo que no observamos, es que éstos espacios en los que deberíamos prestar atención a detalles que nos “quitan el tiempo”, son los que nos hacen más críticos y metódicos respecto a nuestras capacidades; ¿cómo hemos de conocer un clásico literario con toda su riqueza si lo leemos únicamente de manera explorativa?
El objetivo es hacer más en menos tiempo, y por tanto ser más aptos que otros para desempeñar actividades laborales, porque, de este modo, nos posicionamos por arriba de nuestra competencia, si yo tengo más capacidad que un individuo que quiere el mismo empleo que yo, sin duda he de obtenerlo; pero no basta con tener un cúmulo de competencias laborales para estar más capacitado que otros, debo también, tener la habilidad para ejecutar todo lo que puedo hacer con velocidad; las empresas, también buscan hacer más en menos tiempo, y además, empleados que puedan hacer más, bajo la misma remuneración.
Entonces… para poder aspirar a un trabajo de índole empresarial, ¿debo ser crítico analítico? ¿o bastará con que me limite al saber hacer? Yo pienso que no, es la misma capacidad de razonar más allá de lo que nos quieren dar, lo que nos hace obtener y asimilar conocimiento de forma más veloz que los demás; que ipso facto, nos posiciona por arriba del promedio.
En cuanto a las nuevas tecnologías, su manejo exige discrepancia a mi discurso, porque, con éstas, es necesario que el conocimiento se transmitido para poder explotarlo; hablo de expertos que tengan la capacidad de aprovechar al máximo las herramientas de un programa, y al mismo tiempo, que tengan la paciencia de trabajar con aspirantes al área laboral para que los utilicen en mayor medida. ¿Porqué no ser yo quien tenga ésta capacidad? Pensando de manera de egoísta que, si yo tengo la habilidad, ¿sería del todo prudente transmitir mi conocimiento a otros, sólo para que puedan posicionarse con una nueva competencia laboral? La respuesta, es evidente, el conocimiento no es tal, si n ose difunde, y ¿para que crear algo que nadie es capaz de utilizar? Si yo tengo algo que puede ser productivo para otros, he de difundirlo, de otro modo, yo, como individuo, no sería reconocida, y, en palabras más teóricas, no sería hablada.
Lo que lleva a reconsiderar el tema de dar crédito al trabajo de otros, que bajo éste principio se basa el precepto de difundir conocimiento, “sin duda lo compartiré, mientras sea mi nombre el que aparezca bajo mis ideas”. Creo firmemente en este aspecto, y es parte de mi filosofía de vida; sin hablar únicamente sin hablar de conocimiento científico, sino artístico, tecnológico… y sin número de variedades que es capaz de crear la mente humana.
Una vez más, redirecciono mi intención, ahora hacia nuestra capacidad creativa, y es que hay que mencionar que, si limitamos esta cualidad, o si pensamos que algo es muy atrevido o es impensable, nos quedaríamos atascados y habría avance tecnológico tal; debe ser todo lo contrario, debemos explorar nuestras posibilidades, e incluso, pensar fuera de lo conocido, incentivar la capacidad creativa humana, es lo que ha permitido mayor avance tecnológico, en parte para satisfacer necesidades humanas, y otra parte para facilitar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario